Una patente es un derecho exclusivo que concede el Estado para la protección de una invención, la que proporciona derechos exclusivos que permitan la utilización y explotación de la misma e impedir que terceros la utilicen sin consentimiento.
En caso de que la patente no sea explotada, el propietario puede venderla o bien ceder los derechos a otra persona o empresa para que la comercialice bajo licencia.
El titular, quien es el propietario de la patente puede impedir la fabricación, utilización, compra, venta, importación y exportación sin autorización. Demandando a quien explote la patente sin permiso.
La teoría en que se basa el sistema, es que los beneficios financieros derivados de la explotación de la patente y la revelación de las invenciones resultantes para la difusión y utilización pública, promueven la innovación y elevan el nivel técnico de la industria de un país, favoreciendo así su comercio.
Al otorgar un derecho exclusivo, la patente es también un incentivo en la medida en que ofrece al inventor, dando un reconocimiento por su retribución material y actividad creativa por la invención comercial. Además de contribuir a la mejora de la calidad humana.
El propietario de una patente tiene la obligación de divulgar al público la invención patentada, para que terceros puedan beneficiarse de los nuevos conocimientos y aumentar así el desarrollo tecnológico.
La divulgación es una parte esencial de la concesión de patentes, de modo que se tomen en cuenta los intereses de los inventores y del público en general.
Las patentes no son solo para las grandes empresas, ni para procesos específicos. En general se pueden obtener para cualquier tipo de tecnología o producto sin importar el tamaño.
Dependiendo del país, existen algunas cosas que no se pueden patentar. A continuación una lista:
- Los descubrimientos de la naturaleza.
- Los procesos esencialmente biológicos para la producción, reproducción o propagación de plantas y animales.
- Creaciones estéticas y obras artísticas o literarias.
- El material biológico y genético tal como se encuentran en la naturaleza.
- Las razas de animales.
- Programas de cómputo o software.
- El cuerpo humano y las partes vivas que lo componen.
- Métodos para tratamiento quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico
- Esquemas, planes, reglas, juegos.
- Los diferentes tipos vegetales y minerales.
- Los principios teóricos, matemáticos y científicos.
- Procesos de comercialización o métodos para hacer negocios.
- Ninguna mezcla de productos conocidos, ni su variación de uso.
En México, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), es quien expide las patentes, el proceso administrativo dura en promedio 3.5 años y tiene un costo aproximado de 10,000 pesos, sin contar la asesoría legal para realizar el trámite correspondiente.
El IMPI protege los productos o procesos que sean novedosos con actividad inventiva, una aplicación industrial y un fin comercial.
Las patentes tienen un plazo limitado, que suele ser de 20 años. Desde la presentación de la solicitud, siempre y cuando el titular pague las tasas anuales por mantenimiento y es válido únicamente en el país donde se ha pedido la protección. Esto por el principio de territorialidad.
En la solicitud se debe especificar el titular de la patente que puede ser una o varias personas nacionales o extranjeras, físicas o jurídicas, combinadas. En el porcentaje ahí mencionado.
En resumen, las patentes de invención son la forma más generalizada que existe para proteger los derechos de los inventores.